ENTRE COBIJAS



JULIO ERNESTO SANTOYO RENDÓN




A los lectores, familiares y amigos:

Podemos narrar historias en formas literarias, crear mundos fantásticos a partir de la ficción y recorrer lugares a donde sólo con la imaginación podríamos llegar.  Inspirado en esta premisa quise en un comienzo recopilar en un cuadernito los escritos de cuentos y relatos que, junto con mi hijo Juan Sebastián, íbamos dejando en hojas sueltas y, por lo tanto, se quedaban engavetadas en el olvido.

A
hora, por medio de este espacio, que se me ocurre llamar "entre cobijas" dada su temprana hora de difusión cada domingo, pretendo, a partir de su lectura, tener un encuentro con escritores literarios, clásicos y contemporáneos, para compartir con quienes siguen la página blog de la Academia de música "Arcos, Voces y Cuerdas", así como con mis amigos y familiares, algunos extractos de sus novelas, cuentos, poesías, ensayos y relatos.

De igual manera "entre cobijas" presenta columnas de opinión dónde los autores exponen sus reflexiones personales sobre distintos temas de actualidad, así como también el análisis de cienciólogos políticos y sociólogos, entre otros.

Los invito entonces, desde mañana, a estar todos los domingos con algo nuevo y ojalá interesante para leer "entre cobijas".

ENTRE  COBIJAS es un espacio cultural en el que usted podrá encontrar apartes de novelas, cuentos, ensayos, artículos y columnas de opinión. Entrando a youtube e ingresando al siguiente enlace se podrán escuchar los CDs grabados por: * Estudiantina Monserrate  *Juan Santoyo ( Guitarra ) *Trío Semblanza Andina  * Academia de música  colombiana: Arcos, Voces y Cuerdas.

https://www.youtube.com/channel/UC5h2w5Acd9UN1OSTf2oZ5vg 



Junio 18 de 2023

 " TE DESEO"
  Victor Hugo 

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, más no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un perro, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol. 
Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, 
Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: "Esto es mío",
sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.

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Victor Hugo 
inscripción completa en su acta de nacimiento: Victor, Marie Hugo— (Besanzón, 26 de febrero de 1802 - París, 22 de mayo de 1885) fue un poeta, dramaturgo y novelista romántico francés, considerado como uno de los más importantes en lengua francesa. También fue un político e intelectual comprometido e influyente en la historia de su país y de la literatura del siglo xix.
Ocupa un puesto notable en la historia de las letras francesas del siglo xix en una gran variedad de géneros y ámbitos.
Fue también un novelista popular y de gran éxito con obras como Nuestra Señora de París (1831) o Los miserables (1862).
Contribuyó de forma notable a la renovación lírica y teatral de la época; fue admirado por sus contemporáneos y aún lo es en la actualidad, aunque ciertos autores modernos le consideren un escritor ccontrovertido
Su implicación política, que le supuso una condena al exilio durante los veinte años del Segundo Imperio francés (1852-1870), permitió a posteriores generaciones de escritores una reflexión sobre la implicación y el compromiso de los escritores en la vida política y social.


Junio 11 de 2023

Entre Cobijas 
😴...😳...🤔....

El pueblo comienza a existir como referente del debate moderno a fines del siglo XVIII y principios del XIX, por la formación en Europa de estados nacionales que trataron de abarcar a todos los niveles de la población. No obstante, la ilustración piensa que este pueblo al que hay que recurrir para legitimar un gobierno secular y democrático es también el portador de lo que la razón quiere abolir: la superstición, la ignorancia y la turbulencia. Por eso, se desarrolla un dispositivo complejo, en palabras de Martín Barbero, “de inclusión abstracta y exclusión concreta”. El pueblo interesa como legitimador de la hegemonía burguesa, pero molesta como lugar de lo in-culto por todo lo que le falta. 
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Aparte tomado del libro: CULTURAS HÍBRIDAS. Estrategias para entrar y salir de la modernidad de Néstor García Canclini.
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Néstor García Canclini 
García Canclini nació en La Plata, Argentina el 1º de diciembre de 1939. Estudió filosofía y se doctoró en 1975 en la Universidad Nacional de La Plata y, tres años después, con una beca otorgada por el CONICET, se doctoró en la Universidad de París. Ejerció la docencia en la Universidad de La Plata (1966-1975) y en la Universidad de Buenos Aires (1974-1975). Desde 1990 es profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, donde dirige el Programa de Estudios sobre Cultura.

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Junio 4 de 2023


Entre Cobijas 
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Una sutil historia sobre la ciberconfianza

A los 19 años de edad entró a la prisión acusado de infiltrarse en la inteligencia de los Estados Unidos y robó muchos de los secretos del país.
Por su astucia, fue apodado el zorro.
Su padre es un anciano que vive solo. Quiere plantar tomates dentro de su jardín, pero no puede con el trabajo por la edad que tiene. Le envía a su hijo preso un mensaje que dice:
“Mi querido hijo, deseaba que estuvieras conmigo para ayudarme a arar el jardín y plantar tomates. Ahora no tengo a nadie que me ayude".
Después de un tiempo, el padre recibió una carta de su hijo diciendo:
"Querido padre, por favor no escarbes en el jardín porque escondí algo importante, y cuando salga de la cárcel te diré lo que es".
No pasó una hora antes del mensaje, la inteligencia y el ejército rodeaban la casa.
Cavaron la tierra metro por metro, removieron todo, pero no encontraron nada y salieron de la casa.
A la semana, una nueva carta llegó hasta la casa del anciano padre. Era su hijo desde la prisión: “Querido padre, espero que la tierra haya sido bien arada por los policías, ahora ya puedes sembrar tus tomates y si necesitas algo más, avísame. No puedo estar contigo, pero haré todo para apoyarte como pueda.”
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Tomado del observatorio argentino del ciberespacio .


Mayo 28 2023

Entre Cobijas 
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Discurso leído en la ceremonia de otorgamiento del doctorado ‘honoris causa’ a Pablo Montoya, por su amplia y destacada trayectoria literaria y académica.

Quisiera evocar un episodio de mi juventud, en esta ocasión especial en que la Universidad Veracruzana me honra con su doctorado honoris causa. Vivía en Tunja, una pequeña ciudad del altiplano colombiano. Allí realizaba estudios de música y filosofía y letras.
Por aquellos días estudiaba la música romántica europea y trataba de entender las diferentes facetas de ese período que tanto me ha subyugado. Escuchaba La sinfonía fantástica de Berlioz, con partitura en mano, y analizaba el trazado de esa armonía y esa orquestación que toca con eficacia los relieves de lo onírico y las búsquedas del amor ideal.
Entonces irrumpió la noticia. En predios de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia la policía había asesinado a Tomás Herrera Cantillo. Tomás protestaba por lo que los estudiantes colombianos suelen protestar: por la desigualdad social, por la precariedad y el abandono que ondean en la educación pública de ese país; por las políticas económicas devastadoras del capitalismo neoliberal. Había tomado café y almorzado varias veces con Tomás. Y hoy lo sigo recordando como un hombre jovial y sencillo y, por supuesto, rebelde.
Yo no había publicado nada todavía. Tenía escritos cuentos y poemas, pero eran solo para mí mismo y un círculo reducidísimo de amigos. Estremecido por la muerte de Tomás Herrera, escribí unas consideraciones que quise hacer públicas. Allí, apoyado en Tolstoi, me refería a la pugna secular que ha existido entre el ser que reclama la vida y la justicia y el ser militar que las reprime.
Abogaba sin vacilaciones y sabiendo los riesgos que esta certeza acarrea, por la persistencia del primero de ellos. Era un texto más que exaltado y beligerante, adolorido e indignado. Luego, lo copié en una cartulina y lo pegué en una de las carteleras de la universidad.
En este episodio se concentran, de algún modo, los pilares que han sostenido mi escritura. Por un lado, la búsqueda de los elementos, digamos, racionales y técnicos, que edifican el arte, y la urgencia de atrapar, aunque sea por instante, esa cualidad estética siempre inasible con que se forja la belleza. Y, por el otro, los ámbitos de la violencia que han atravesado mi devenir de escritor colombiano.
Ahora bien, es preciso señalar que el crimen cometido en la persona de Tomás Herrera Cantillo, como miles sucedidos en mi país, ha permanecido impune. Y esta coyuntura no es desdeñable frente a la relación que yo propongo entre arte y violencia.

El primero intenta conjurar, o enfrentar, o denunciar la segunda a sabiendas de que la lucha es desigual y que, por lo general, triunfa la barbarie. Desde entonces he concluido que mi escritura, hoy reconocida con el título que ustedes me otorgan, no es más que la obsesiva y disciplinada construcción de una morada que sigue siendo trinchera y atalaya y también una suerte de refugio.
Estas tres nociones –refugio, atalaya, trinchera– se han manifestado a lo largo de la historia de la humanidad. Y quienes las han utilizado para proyectarse hacia los otros se parapetan en determinados comportamientos. Uno de ellos es el de estar del lado del poder. El otro, por el contrario, es evitar los beneficios que este suele dar. Yo, por ejemplo, he sido un lector admirado de la Eneida de Virgilio.
Ese libro, que sigue vigente después de tantos siglos. Esa obra portentosa que define una época a partir del mito y construye en cada una de sus doce partes; una poética capaz de enfrentar el cielo y los infiernos, las turbulencias de la guerra y las bondades de la paz.
¿Pero cómo olvidar que la Eneida es también el canto a un emperador? Por este motivo, por las maneras en que la poesía se rinde ante la autoridad de un hombre que fue un gran estratega militar y también un bandido, me identifico más con la figura de Luciano de Samósata.

Este último, en sus maravillosos escritos, nos enseña a reír y a entender mejor como se comportan los fanáticos, los intolerantes y los hipócritas. Y enseña algo que también aparece con claridad meridiana en Michel de Montaigne: ante las borrascas que provocan las pugnas humanas es conveniente practicar la abstención. Ernest Renan, agudo y certero en sus apreciaciones, definió a Luciano como un sabio extraviado en un mundo de locos.

El tiempo de los hombres parece no cambiar. Es vertiginoso y pleno de novedades por momentos. Actúa a la manera de un espejismo cuyo reflejo afirma que progresamos y que este mundo es, a pesar de todos sus desajustes, el mejor de todos los posibles. Pero, en cierta medida, continuamos dando vueltas en torno a los mismos asuntos. Celebramos la vida con el nacimiento de un nuevo ser, pero elegimos políticos que promueven y hacen la guerra.
Nos asombramos ante los diversos espectáculos de la naturaleza, pero atentamos contra su equilibrio y no logramos ponernos de acuerdo para enfrentar la crisis climática. Nos sublevamos ante el crimen generalizado y las opresiones que padecen la gran mayoría de los seres humanos –esos humillados, ofendidos y condenados de la tierra–, pero la dinámica del crimen y la opresión siguen campeando, toscos y altivos, por nuestra cotidianidad.

Nunca he sido, ni por temperamento ni por educación, alguien que crea a pie juntillas en el porvenir radiante de la humanidad. Estoy convencido, por contra, de que hoy más que nunca, estamos extraviados en un mundo de locos. Y que ese extravío, también ahora, más que nunca, bailotea al borde de un abismo.
En estas circunstancias, por lo tanto, no resulta inútil preguntarse ¿por qué escribir? A pesar de los avances de la ciencia y la tecnología, de los logros de la medicina y los medios de comunicación y de transporte, vivimos inmersos en un “gran apagón”, para emplear el concepto del filósofo español Manuel Cruz.
La razón y el juicio que, durante un tiempo prevalecieron sobre un mundo sumido en los conflictos bélicos de las monarquías y el mercantilismo burgués, ahora ha sido reemplazado por la paranoia de las falsas noticias y la vacuidad de las redes sociales que, en las democracias de hoy, en vez de enaltecer la existencia y propiciar la perplejidad intelectual, pasan de largo sobre ellas, ridiculizándolas y tornándolas inocuas.

Pero, además de esta faceta de la grosería y la ignorancia, manifestada en las relaciones públicas, están las vociferaciones de los populismos de toda índole y los peligros de la inteligencia artificial cuyos creadores, que antes la celebraron con aspavientos, ahora pregonan sus miedos porque se han dado cuenta de que, pensándose como émulos de los dioses, han forjado las facciones de un monstruo. Y cómo desconocer, por supuesto, la gran evidencia dejada por la pasada pandemia: la crisis de un sistema económico y político que, para sostenerse en el poder, ha acudido a todos los autoritarismos, desde el sanitario y comunicacional, hasta el político y militar.

Se escribe entonces, o al menos yo he tratado de hacerlo así, para enfrentar esta condición de permanente atropello. En La sed del ojo, por ejemplo, se fotografía lo prohibido, es decir, la desnudez del cuerpo femenino, en medio de la represión moralista del Segundo Imperio francés. En Lejos de Roma, se escribe poesía desde un exilio impuesto por la autoridad del César Augusto.
En Los derrotados, se descubren las flores y sus secretos innombrables en medio de las guerras bobas, pero catastróficas de la independencia colombiana. En Tríptico de la infamia se pinta el Nuevo mundo descubierto por Europa entre el exterminio indígena y las luchas religiosas del siglo XVI.  En La sombra de Orión se dibuja un mapa gigantesco de la muerte y se catalogan los sonidos dejados por una multitud anónima, mientras en Medellín se ha instalado el pavor de la desaparición forzada.
Y al escribir estas novelas, me permito confesarlo, he sentido como si me estuviera aferrando a una de esas ramas que tienen la virtud de crecer, y sin duda florecer, al borde de los precipicios. Porque también se escribe, no solo pensando en la caída o en los efectos lancinantes del horror que el hombre le provoca a su prójimo, sino porque, además, creo en las fugaces expresiones del florecimiento que cada día intentamos sembrar en ese mismo prójimo.

No podría pasar por alto el espacio social desde donde he escrito la mayor parte de mis libros. Lo he hecho sabiéndome integrante de una comunidad universitaria. Reconociéndome profesor y también el aprendiz de curiosidad insaciable que siempre he sido.
Y la Universidad de Antioquia, en la cual trabajo, como la Universidad Veracruzana que hoy me condecora, son de esencia pública. Singular correspondencia que me llena de orgullo y eleva en mí eso que podría llamarse dignidad intelectual. Pero que también me mantiene alerta porque estos espacios, sin duda utópicos, corren el peligro constante de la amenaza y la agresión. 
Todos los aquí presentes somos conscientes de que la universidad latinoamericana es el resultado de una larga y emocionante y accidentada historia. En ella, muchas veces la imposición de un conocimiento ha prevalecido y, en otras, la discusión democrática ha sido la consigna esencial para defender.

La universidad tunjana donde yo publiqué, en una de sus paredes, el primero de mis escritos, y la Universidad de Antioquia en la que soy docente, son lugares tocados por una paradoja alarmante. Por un lado, allí vamos a estudiar y a enseñar, a practicar cada día el asombro y los avances en el adiestramiento de una profesión anhelada. Y todo esto lo intentamos llevar a cabo rodeados no de las mejores condiciones, pero sí convencidos de que debemos mantener en pie el sueño que significa el desarrollo de toda educación.
Pero, por otro lado, en estas universidades se trasuntan los vacíos de un proyecto nacional. Entonces, esa maravillosa conjunción de la academia platónica y el liceo aristotélico; del jardín epicúreo y la puerta estoica; del claustro eclesiástico y el gabinete monárquico; del aula republicana y el salón democrático; de la casa madre indígena y la oralidad afrodescendiente, se ve de pronto vapuleada por los violentos de todo tipo.
Se torturan y asesinan estudiantes, profesores y empleados, o se condenan sus destinos al tenebroso limbo de la desaparición forzada. Y ocurre que el estigma de la bestia afrenta una y otra vez la sabiduría de los hombres de conocimiento.
Es, pues, frente a esa violencia, procedente de oscuros poderes de la política y la economía, que debemos actuar con lucidez y firmeza. Es frente a ella que cada palabra que yo escribo se levanta.

Xalapa, 19 de mayo de 2023 


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Pablo Montoya es un escritor y profesor de literatura colombiano. 
Nacimiento: 1963 (edad 60 años), Barrancabermeja
Premios: Premio Rómulo Gallegos
Educación: Universidad Santo Tomás.
 Universidad Sorbona Nueva - París 3
Distinciones: Premio Rómulo Gallegos (2015); Premio José Donoso (2016); Premio José María Arguedas (2017)
Tomado de Wikipedia


Mayo 21 de 2023


Pier Paolo Pasolini


"Pienso que es necesario educar a las nuevas generaciones en el valor de la derrota.
En manejarse en ella. En la humanidad que de ella emerge.
En construir una identidad capaz de advertir una comunidad de destino, en la que se pueda fracasar y volver a empezar sin que el valor y la dignidad se vean afectados.
En no ser un trepador social, en no pasar sobre el cuerpo de los otros para llegar el primero. Ante este mundo de ganadores vulgares y deshonestos, de prevaricadores falsos y oportunistas, de gente importante, que ocupa el poder, que escamotea el presente, ni qué decir el futuro, de todos los neuróticos del éxito, del figurar, del llegar a ser.
Ante esta antropología del ganador de lejos prefiero al que pierde. Es un ejercicio que me parece bueno y que me reconcilia conmigo mismo. Soy un hombre que prefiere perder más que ganar con maneras injustas y crueles. Grave culpa mía, lo sé. Lo mejor es que tengo la insolencia de defender esta culpa, y considerarla casi una virtud".
◇◇◇◇


Pier Paolo Pasolini
(Bolonia, Emilia-Romaña, 5 de marzo de 1922-Ostia, Lacio, 2 de noviembre de 1975) fue un escritor y director de cine italiano. Hombre polifacético y personaje controvertido, fue uno de los artistas más reconocidos de su generación, como poeta y como realizador cinematográfico. Pero también se distinguió como actor, periodista, ensayista, novelista y activista político; en menor medida, como dramaturgo y pintor. Su asesinato provocó conmoción en Italia y el resto del mundo. La autoría y las circunstancias de su asesinato siguen siendo objeto de debate.


Mayo14 de2023



Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles.
Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.
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Julio Florencio Cortázar (Ixelles, 26 de agosto de 1914-París, 12 de febrero de 1984) fue un escritor, profesor y traductor —oficio que desempeñó para la Unesco y varias editoriales—.​ En 1981, sin renunciar a su nacionalidad argentina, optó por la francesa en protesta contra la dictadura militar en su país que prohibió sus libros y que él denunció a la prensa internacional desde su residencia en París.
Considerado uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, fue maestro del cuento, la prosa poética y la narración breve en general. Fue también creador de importantes novelas, sobre todo Rayuela, que contribuyeron a la renovación del género en el ámbito hispano. Junto a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, es uno de los exponentes centrales del boom latinoamericano. Sus ficciones transitan de lo real a lo fantástico y por ello suele ser relacionado con el realismo mágico y el surrealismo.
Tomado de Wikipedia




Mayo 7 de 2023



Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido...
Ernesto Cardenal


Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras lo que yo más amaba,
y tú, porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
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Ernesto Cardenal Martínez ​​ fue un poeta, sacerdote, teólogo, escritor, traductor, escultor y revolucionario nicaragüense.​
Nacimiento: 20 de enero de 1925, Granada, Nicaragua
Fallecimiento: 1 de marzo de 2020, Managua, Nicaragua
Álbumes: Poemas
Premios: Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán
Trabajos editados: Cortázar en Solentiname.
Nominaciones: Premio Internacional Neustadt de Literatura.
Tomado de Wikipedia.



Abril 30 de 2023



“VALGO”
Jorge Luís Borges


De tanto perder aprendí a ganar; de tanto llorar se me dibujó la sonrisa que tengo.
Conozco tanto el piso que sólo miro el cielo. Toqué tantas veces fondo que, cada vez que bajo, ya sé que mañana subiré.
Me asombro tanto como es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo.
Tuve que sentir la soledad para aprender a estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía.
Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a que me pidieran ayuda.
Traté siempre que todo fuese perfecto y comprendí que realmente todo es tan imperfecto como debe ser (incluyéndome).
Hago sólo lo que debo, de la mejor forma que puedo y los demás que hagan lo que quieran.
Vi tantos perros correr sin sentido, que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido.
Aprendí que en esta vida nada es seguro, sólo la muerte … por eso disfruto el momento y lo que tengo.
Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está interesado en mí me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea.
Que la verdadera amistad si existe, pero no es fácil encontrarla.
Que quien te ama te lo demostrará siempre sin necesidad de que se lo pidas.
Que ser fiel no es una obligación sino un verdadero placer cuando el amor es el dueño de ti.
Eso es vivir. ... La vida es bella con su ir y venir, con sus sabores y sinsabores…
Aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues siempre suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables.
Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón pero siempre hay alguien realmente dispuesto a sanarlas con la ayuda de Dios.
Camina de la mano de Dios, todo mejora siempre.
Y no te esfuerces demasiado que las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan.
Lo mejor está por venir...

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Jorge Francisco Isidoro Luis Borges fue un destacado escritor de cuentos, poemas y ensayos argentino, extensamente considerado una figura clave tanto para la literatura en habla hispana como para la literatura universal.​ También fue bibliotecario, profesor, conferencista y traductor.


Nacimiento: 24 de agosto de 1899, Buenos Aires, Argentina
Fallecimiento: 14 de junio de 1986, Ginebra, Suiza
Tomado de Wikipedia



Abril 23 de 2023


ME CAÍ DEL MUNDO Y NI SÉ POR DÓNDE SE ENTRA.


Eduardo Galeano


Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco..
No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar...
Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales...
¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables...!
Si, ya lo sé...
A nuestra generación siempre le costó tirar...
¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables...!
Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo...
Yo no digo que eso era mejor...
Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra...
Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto...
Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses, el monitor de la computadora todas las navidades o el televisor cada año...
Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida...
Es más!
Se compraban para la vida de los que venían después...
La gente heredaba relojes de pared, bicicletas, cámaras fotográficas, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas...
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad...
Tiramos absolutamente todo...
Ya no hay zapatero que remiende un zapato, ni colchonero que carde la lana de un colchón y lo deje como nuevo, ni afiladores por la calle para los cuchillos, ni sastre que haga composturas...
De 'por ahí' vengo yo, de cuando todo eso existía y nada se tiraba...
Y no es que haya sido mejor...
Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo...
Hay que cambiar el auto cada 3 años porque si no, eres un arruinado...
Aunque el coche esté en buen estado...
Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!!
Pero por Dios....
Mi cabeza no resiste tanto...
Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real...
Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre...
Me educaron para guardar todo...
Lo que servía y lo que no...
Porque algún día las cosas podían volver a servir...
Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema:
Nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no...
Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso a las tradiciones) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes, el primer cabello que le cortaron en la peluquería...
¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?
¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
En casa teníamos un mueble con cuatro cajones.
El primer cajón era para los manteles y los trapos de cocina, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto...
Y guardábamos...
¡¡Guardábamos hasta las tapas de los refrescos, los corchos de las botellas, las llavecitas que traían las latas de sardinas...
¡Y las pilas...!
Las pilas pasaban del congelador al techo de la casa....
Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más....
No nos resignábamos a que se terminara su vida útil en un par de usos...
Las cosas no eran desechables....
Eran guardables....
¡Los diarios!
Servían para todo...
Para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia, para limpiar vidrios, para envolver.
¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne o desenvolviendo los huevos que meticulosamente había envuelto en un periódico el almacenero del barrio.
Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer adornos de navidad...
Y las páginas de los calendarios para hacer cuadros...
Y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas...
Y los fósforos usados porque podíamos reutilizarlos estando encendida otra vela...
Y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos...
Enderezábamos los clavos para reutilizarlos después...
Y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'....
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de broches de la ropa y el ganchito de metal...con el tiempo, aparecía algún pedazo derecho que esperaba a su otra mitad para convertirse otra vez en un broche completo...
Nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos...
Y hoy, sin embargo, deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir...
Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas...
Las latas de duraznos se volvieron macetas, portalápices y hasta teléfonos.
Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza y los corchos esperaban pacientemente en un cajón hasta encontrarse con una botella...
Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos...
Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables...
Que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables...
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas...
Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero...
De la moral que se desecha si de ganar dinero se trata...
No lo voy a hacer...
No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne...
No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte en cuanto confunden el nombre de dos de sus nietos, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos en cuanto a uno de ellos se le cae la barriga, o le sale alguna arruga...
Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares...
De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a mi señora como parte de pago de otra con menos kilómetros y alguna función nueva...
Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que ella me gane de mano y sea yo el entregado....


*****
Eduardo Germán María Hughes Galeano ​ fue un periodista y escritor uruguayo, considerado uno de los escritores más influyentes de la izquierda latinoamericana.​Sus libros más conocidos, Las venas abiertas de América Latina y Memoria del fuego, han sido traducidos a veinte idiomas.
Nacimiento: 3 de septiembre de 1940, Montevideo, Uruguay.
Fallecimiento: 13 de abril de 2015, Montevideo, Uruguay.


Abril 16 de 2023



EL SOLDADO MUTILADO
Gabriel García Márquez


Un soldado argentino que regresaba de las Islas Malvinas al término de la guerra llamó a su madre por teléfono desde el Regimiento I de Palermo en Buenos Aires y le pidió autorización para llevar a casa a un compañero mutilado cuya familia vivía en otro lugar. Se trataba —según dijo— de un recluta de 19 años que había perdido una pierna y un brazo en la guerra, y que además estaba ciego.
La madre, aunque feliz del retorno de su hijo con vida, contestó horrorizada que no sería capaz de soportar la visión del mutilado, y se negó a aceptarlo en su casa. Entonces el hijo cortó la comunicación y se pegó un tiro.


FIN
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Gabriel García Márquez
(Aracataca, Colombia, 1927 - México D.F., 2014) Novelista colombiano, premio Nobel de Literatura en 1982 y uno de los grandes maestros de la literatura universal. Gabriel García Márquez fue la figura fundamental del llamado Boom de la literatura hispanoamericana, fenómeno editorial que, en la década de 1960, dio proyección mundial a las últimas hornadas de narradores del continente.
En todos ellos era palpable la superación del realismo y una renovación de las técnicas narrativas que entroncaba con la novela europea y estadounidense de entreguerras (Kafka, Joyce, Proust, Faulkner); García Márquez sumó a ello su portentosa fantasía y sus insuperables dotes de narrador, patentes en la obra que representa la culminación del realismo mágico: Cien años de soledad (1967).




Abril 9 de 2023



LA GUERRA DEL AGUA
Por: Juan Sebastián Santoyo Sánchez.


La carrera por la acaparación del agua en los países europeos como en Francia, está generando un conflicto social sin precedentes que pone a competir a las familias agricultoras entre sí, mientras que el Estado, en coordinación con la agroindustria, liberan su artillería para obtener el monopolio de las reservas de agua para su uso privado y perseguir en justicia a quienes se opongan al sistema.


Al otro lado del charco, ya se escuchan lamentos como el de Olivier, agricultor francés que, junto con su esposa se preguntan cómo van a hacer para regar sus cultivos este verano, frente al pronóstico de escasez generalizada de agua en su región.
Al mismo tiempo, a pocos kilómetros de la pequeña huerta familiar que esta pareja mantiene mediante un delicado sistema de goteo, se cava a lo largo de 8 hectáreas un nuevo mega-embalse a cielo abierto que será relleno durante el invierno con 650.000 m3 de agua, equivalente a más de 10 estadios de fútbol. Desafortunadamente para Olivier, él no hace parte de los contados terratenientes y empresarios del agronegocio que invirtieron, junto con el Estado, en la construcción de estos mega-embalses. Por este motivo, su familia no podrá beneficiarse de esta agua durante el próximo verano, en caso de sequía extrema. Por su lado, los cultivos agroindustriales de maíz y de sorgo necesarios para alimentar el ganado tienen asegurado su abastecimiento.

La construcción de estos mega-embalses para enfrentar los altos riesgos de sequías de este año ha sido la solución impuesta por el gobierno y por las grandes empresas agroalimentarias reunidas corporativamente en grupos como la Federación Nacional de los Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA).
Las excavaciones a cielo abierto miden entre 8 y 16 hectáreas y para llenarlas no basta con la recuperación exclusiva de las aguas lluvias, como señala el gobierno, sino además se necesita del bombeo de aguas subterráneas, el desvío de ríos y de quebradas aledañas. La construcción de estas reservas artificiales de agua está generando mayores presiones sobre el suelo, que impiden a las aguas subterráneas reconstituirse, afectando directamente a los agricultores y a sus familias que deberán disputarse el recurso limitado.
El panorama desolador y monocromático de las extensas colchas homogéneas, sembradas por la industria agroalimentaria francesa, se ha disuelto en medio de los espesos gases lacrimógenos y granadas lanzadas por los más de 1'500 uniformados de la policía movilizados por el Ministerio del Interior francés para impedir el paso de los 30.000 manifestantes venidos de distintos rincones del país para oponerse al acaparamiento y la privatización indiscriminada del elemento más vital para la Vida: el agua.


"Capturar corrientes de agua libres y vivas para estancarlas, acelera su descomposición y su proceso de evaporación causando mayor derroche".
Frente al levantamiento popular que se ha movilizado tanto en los sitios de construcción de los mega-embalses como en las principales ciudades, el ministro del Interior francés le ha declarado "la guerra" al movimiento ecologista y campesino que se opone a los proyectos ecocidas que profundizan la crisis climática. Las escenas apocalípticas de la confrontación ocurrida el 25 de marzo del 2023 en el municipio de Sainte Soline, al occidente del país, entre manifestantes y los distintos agentes móviles de la policía, confirman hasta qué punto el gobierno y los capitales económicos de la industria agroalimentaria están dispuestos a recurrir con tal de conservar el modelo político-económico extractivista. Según datos oficiales, por lo menos 300 manifestantes quedaron heridos y hay por lo menos dos casos graves de manifestantes que continúan en estado de coma profundo por impacto craneal.
Señalados por el Ministro de Interior francés como "ecoterroristas", la criminalización de los movimientos sociales que se oponen a los proyectos extractivistas y a las empresas contaminantes refleja el giro antidemocrático que los gobiernos están dispuestos a realizar con tal de mantener el sistema financiero, de producción y de consumo actual.
Frente a semejante situación en donde el agua y los bienes comunes que nos constituyen pasan a ser el objetivo de acaparación de un Estado cooptado por el capital transnacional, la justicia climática y social se torna la enemiga de susodicho progreso, y con ella, toda aquella organización, comunidad, movimiento o expresión que luche por alcanzarla.
Si en Europa el "fenómeno" de las movilizaciones de los grupos ecologistas se hacen sentir cada vez más presentes en la opinión pública y las respuestas violentas por parte del Estado sean cada vez más recurrentes, en Colombia, la movilización por la defensa del agua y la protección de los ríos denuncia el enmarañado sistema ambiental que hace del agua y su generación eléctrica un negocio que viola sistemáticamente los Derechos Humanos y colectivos de las comunidades que habitan los territorios y protege a las empresas nacionales como transnacionales.


Esto es visible con el caso del Río Anchicayá, afectado desde hace más de 22 años por el derrame de lodos proveniente de la Central Hidroeléctrica, operada en ese momento por la empresa transnacional española Unión Fenosa. Pese a que la comunidad, mediante una Acción de Grupo lograra en el 2009 demostrar legalmente la responsabilidad de las empresas y que el Ministerio de Ambiente interpusiera programas para la recuperación socioambiental de la cuenca, dichas acciones, programas y reparaciones a la comunidad no han logrado materializarse. Por lo contrario, se ha visto un retroceso jurídico, difamaciones y amenazas ejercidas por parte de grupos armados, lo que demuestra el grado de influencia que tienen estas empresas del sector minero-energético y extractivistas, no solo en el gobierno y en su legislación, sino también en la rama Judicial.
La presión sobre las fuentes de agua en el norte global y la crisis generalizada del clima apresuran el negocio y la construcción de generadoras de energía en Colombia y América Latina que albergan casi un tercio de los recursos hídricos mundiales. La violencia que atraviesan las comunidades en donde se llevan a cabo proyectos de embalses y centrales hidroeléctricas en departamentos como Antioquia atestiguan el estremecedor negocio que conjuga la fuerza pública, agentes estatales y autoridades civiles con grupos paramilitares.
El despojo de los territorios por la vía violenta y la vía jurídica ha tenido como finalidad la imposición y consolidación de un modelo extractivista que ha conllevado a una concentración de la tierra para el uso exclusivo de la minería, hidroeléctricas y agroindustria, cuyos principales beneficiarios son las empresas transnacionales y sectores dominantes del país como los terratenientes. Para ilustrar un caso, podemos nombrar el informe de la Corporación Jurídica Libertad en torno al mayor proyecto de explotación de oro y plata en el país, llamado Gramalote, ubicado en el municipio de San Roque, Antioquia. Este caso ilustra el proceso de implementación de un modelo contrainsurgente, motivado por las élites económicas y políticas, articuladas con la fuerza pública y sectores de autodefensas, que generaron las condiciones, mediante el despojo de los liderazgos sociales asimilados a guerrilleros, para la imposición de un modelo de extracción de minerales, construcción de hidroeléctricas y el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas.


Queda claro, en medio de la desazón, que la movilización social en ambos hemisferios, que reivindica sus derechos sobre el territorio, que se opone a la privatización del agua y a toda actuación que busque privar y monetizar el uso compartido de los bienes comunes, no retrocede. Al contrario. Se mantiene y resiste pese a los ataques violentos que buscan silenciarlos, por la vía legal o de hecho, ya que un movimiento por la defensa del agua no se disuelve. Está vivo y se multiplica.
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Juan Sebastián Santoyo Sánchez


Nacimiento: Paris, Francia. 1994.


* Doctorando en Estudios Sociales.
Línea de investigación: Poder, Política y Sujetos.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá.


* Magister en Estudios Europeos e Internacionales con Énfasis en Estudios Latinoamericanos del l'ILHEAL, Instituto De Altos Estudios De América Latina, adscrito a la Universidad de La Sorbonne Nouvelle - París 3 . Francia.
Su tesis de grado titulada: " La Institucionalización De La Agricultura Familiar en Colombia. Los desafíos y las oportunidades dentro de un contexto de pos-acuerdo de paz", fue publicada en el portal universitario de memorias (DUMAS - Dépôt Universitaire de Mémoires Après Soutenance).
DUMAS hace parte del HAL (Archivos Abiertos Multidisciplianrios).


* Especializado en Desarrollo Sostenible de Territorios del IEP, Instituto de Estudios Políticos en Lyon, Francia.


* Licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Lyon 2. Francia

https://www.greenpeace.fr/mega-bassines-pourquoi-opposer/

https://www.francetvinfo.fr/meteo/secheresse/secheresse-il-faut-limiter-la-consommation-d-eau-malgre-le-retour-des-pluies_5416996.html

https://www.francetvinfo.fr/replay-radio/au-fil-de-l-eau/au-fil-de-l-eau-les-reserves-d-eau-sont-elles-une-bonne-solution-pour-affronter-les-periodes-de-secheresse_4767483.html

https://www.rtl.fr/actu/politique/mega-bassines-ce-qu-il-faut-savoir-sur-ce-projet-controverse-7900248289

https://www.youtube.com/watch?v=LMJK2YZEa4M
https://www.youtube.com/watch?v=Zsq0nPkE57k


Abril 2 de 2023


Este fragmento de una conversación real entre Jorge Luis Borges y Juan Rulfo es una joya, espero lo disfruten:


"RULFO: Maestro, soy yo, Rulfo. Qué bueno que ya llegó. Usted sabe cómo lo estimamos y lo admiramos.


BORGES: Finalmente, Rulfo. Ya no puedo ver a un país, pero lo puedo escuchar. Y escucho tanta amabilidad. Ya había olvidado la verdadera dimensión de esta gran costumbre. Pero no me llame Borges y menos "maestro", dígame Jorge Luis.




Marzo 26 de 2023


Día tras día
Eduardo Galeano


Día tras día, se niega a los niños el derecho de ser niños. Los hechos que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.
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Tomado de
https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/jtolsan/2013/03/03/dias-tras-dia-por-eduardo-galeano/



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Eduardo Germán María Hughes Galeano ​ fue un periodista y escritor uruguayo, considerado uno de los escritores más influyentes de la izquierda latinoamericana.​Sus libros más conocidos, Las venas abiertas de América Latina y Memoria del fuego, han sido traducidos a veinte idiomas.
Nacimiento: 3 de septiembre de 1940, Montevideo, Uruguay.
Fallecimiento: 13 de abril de 2015, Montevideo, Uruguay.




Marzo 19 de 2023


Tomás Carrasquilla, una vez más.


Pablo Montoya


He vuelto una vez más a Tomás Carrasquilla. He leído La marquesa de Yolombó y la primera parte de Hace tiempos que son, quizás, sus mejores momentos novelísticos. Mis primeras lecturas de este escritor las hice en el contexto de mi educación escolar antioqueña. El cuento En la diestra de Dios padre que, a la sazón, era casi obligatorio leerlo, me hizo reír de un modo que no he dejado de hacerlo cada vez que visito este universo literario.
Después, cuando me di cuenta de que lo mío era ser escritor, y que Medellín me concernía para lo que quería escribir, leí lo fundamental suyo: sus novelas Frutos de mi tierra y La marquesa de Yolombó y sus cuentos donde hay verdaderas joyas literarias, como el cuento mencionado arriba y otros más (A la plata, Luterito y San Antoñito), y algunas de sus novelas breves, como Grandeza y Ligia Cruz. Y no me cabe duda de que la suya es una de las obras mayores de la literatura colombiana.


Decir esto en el medio antioqueño es como una verdad de Perogrullo. Afirmarlo, sin embargo, en otro ámbito no lo es tanto. Y es que Carrasquilla sigue siendo muy leído en esas comarcas andinas. En Medellín, por ejemplo, se siguen haciendo investigaciones académicas universitarias y se escriben nuevas valoraciones y trabajos biográficos sobre el escritor y su obra. Resulta curioso, incluso, ver a jóvenes de pelo largo, piercings en la cara y audífonos en donde retumba el reguetón, interesados por Carrasquilla. Pero el lector se aleja de esas fronteras y el autor empieza a difuminarse.


A Carrasquilla, paradójicamente, le ha hecho daño su divisa regional que muchos siguen asociando con lo costumbrista de poncho, guarniel, trova y bandeja paisa. Por el lenguaje barroco que utiliza y el catolicismo, muchas veces ultramontano, que describe, las gentes de hoy o se aburren leyéndolo o no comprenden bien esta literatura que muestra cómo un conglomerado de aldeas montaraces transita hacia una incipiente modernidad urbana.
Fue Cobo Borda quien dijo algo así que mientras la narrativa de Carrasquilla envejece en su parroquia rezandera, la poesía de Silva sigue rejuveneciéndose. ¿Esto es verdad? Para un poeta puede serlo. De algún modo, la mejor poesía colombiana ha estado menos atada a esas concepciones nacionalistas y su pretensión ha sido la intimidad y la apertura hacia otras coordenadas. Pero para un novelista no resulta tan cierto. Porque es Carrasquilla el que marca el credo localista para los escritores colombianos.


Ocupémonos del terruño, dice el ensayista en sus Homilías, y no nos extraviemos en lo que hoy llamaríamos lo extraterritorial. Mientras la literatura latinoamericana buscaba, con las tendencias modernistas y cosmopolitas, otros ámbitos literarios distantes de los hispánico, Carrasquilla señalaba el pueblo, la aldea, la provincia como lugar indicado para que el escritor hiciera mejor las cosas.


Los poetas, por fortuna, no atendieron los consejos del viejo Carrasca. ¿Cómo hacerle caso a un escritor que no entendió, a causa de su conservadurismo excesivo, la poesía de Baudelaire, la de Verlaine y la de Mallarmé? Pero los narradores sí que siguieron su rumbo. Hasta tal punto que no es ninguna herejía formular que García Márquez proviene de esa corriente carrasquillesca. Tanto es así que varios críticos –entre ellos el siempre interesante R.H. Moreno Durán– han establecido parentescos entre los personajes de Yolombó de Carrasquilla y los de Macondo de García Márquez. Y ni qué decir de los narradores antioqueños de hogaño. Desde los octogenarios hasta los donceles, todos brotan del manantial del autor de Simón el mago, otro de sus cuentos memorables.


Pero entonces ¿por qué a Carrasquilla se le ha olvidado en cierta medida, y a García Márquez se le continúa celebrando? Hay respuestas posibles. El asunto de las influencias literarias es pertinente tenerlo en cuenta. Carrasquilla escribió siguiendo la brújula de sus maestros españoles tipo Heredia, Pardo Bazán y Galdós. García Márquez se apoyó en Kafka, en Camus, en Faulkner. Sobra decir cuáles de esos autores se leen más ahora y cuáles no.
Carrasquilla, siguiendo también la estética realista, creyó que el mejor modo de enfrentarse a la realidad desde la literatura era registrarla con sus hablas regionales. El tiempo de García Márquez, y el grupo de Barranquilla donde este tanto aprendió, superaron eso que después se convertiría en un lastre.


Y está el asunto de los narradores. Carrasquilla es un católico confeso y eso se nota demasiado en sus historias. Hasta tal punto que uno termina fatigado de ese camanduleo insistente y esa superstición tan dicharachera y bobalicona. El que utiliza García Márquez es ateo y esto es más favorable acaso para el lector de ahora.
Pero cuando digo que la obra de Carrasquilla es una de las mayores de Colombia, me estoy refiriendo a la coherencia de ese mundo narrado. A la forma contundente en que los personajes y sus dramas son presentados. A ese lenguaje magnífico –que muy pocos igualan y nadie supera en el mapa de la literatura colombiana– donde se amalgama lo prosaico y popular con lo culterano y las finuras del idioma literario. Y a ese humor, acerado y tierno, que Carrasquilla despliega cuando fustiga o ensalza a esa escurridiza criatura humana que los recovecos de la historia han situado en las batuecas de Antioquia.




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Pablo Montoya es un escritor y profesor de literatura colombiano.
Nacimiento: 1963 (edad 60 años), Barrancabermeja
Premios: Premio Rómulo Gallegos
Educación: Universidad Santo Tomás., Universidad Sorbona Nueva - París 3
Distinciones: Premio Rómulo Gallegos (2015); Premio José Donoso (2016); Premio José María Arguedas (2017)
Tomado de Wikipedia


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ENTRE COBIJAS es un espacio cultural en el que usted podrá encontrar apartes de novelas, cuentos, ensayos, artículos y columnas de opinión.
Entrando a youtube e ingresando al siguiente enlace se podrán escuchar los CDs grabados por:
* Estudiantina
Monserrate
*Juan Santoyo ( Guitarra )
*Trío Semblanza Andina * Academia de música colombiana: Arcos, Voces y Cuerdas. https://www.youtube.com/channel/UC5h2w5Acd9UN1OSTf2oZ5vg
Para ver las anteriores lecturas de ENTRE COBIJAS vaya al motor de búsqueda de Google : Academia de Música Colombiana ARCOS, VOCES Y CUERDAS. Abierta la página encontrará en la parte inferior VERSION WEB. Luego, en la parte superior, la pestaña: ENTRE COBIJAS .. http://arcosvocesycuerdas.blogspot.com/?m


Marzo 12 de 2023


Soleá del amor desprendío


Manuel Benitez Carrasco


"Mira si soy desprendío
que ayer, al pasar el puente, tiré tu cariño al río.
Y tú bien sabes por qué
tiré tu cariño al río:
porque era hebilla de esparto de un cinturón de cuchillos; porque era anillo de barro mal tasao y mal vendío, y porque era flor sin alma de un abril en compromiso, que puso, en zarzas y espinas, un fingimiento de lirios.
Tiré tu cariño al río,
porque era una planta amarga dentro de mi huerto lírico.
Tiré tu cariño al agua, porque era una mancha negra sobre mi fachada blanca.
Tiré tu cariño al río
porque era mala cizaña
quitando savia a mi trigo;
y tiré todo tu amor,
porque era muerte en mi carne y era agonía en mi voz.
Tú fuiste flor de verano, sol de un beso, luz de un día; yo te cuidaba en mi mano, y en mi mano te acunaba, y tu, por pagarme, herías la mano que te cuidaba.
Pero al hacerlo, olvidabas
(tal vez por ingenuidad),
que te di mis sentimientos no por tus merecimientos sino por mi voluntad.
Yo no puse en compraventa
mi corazón encendío;
y has de tener muy en cuenta que mi cariño no fue ni comprao ni vendío,
sino que lo regalé.
Porque yo soy
desprendío;
por eso te di mi rosa
sin habérmela pedío.
Porque yo soy desprendío
y doy las cosas sin ver
si se las han merecío.
Por eso te di mi vela,
te di el vino de mi jarro,
las llaves de mi cancela
y el látigo de mi carro.
Ya ves si soy desprendío
que ayer, al pasar el puente, tiré tu cariño al río."
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Manuel Benítez Carrasco nació el 1 de diciembre de 1922 en Granada y es considerado uno de los autores más imprescindibles del neopopularismo. Algunas de las características líricas a resaltar son la tesitura de su voz, su estilo colorido y cálido y la utilización de un lenguaje llano, amigable y directo.
Sus primeros pasos en el mundo de las letras los dio en la revista de poesía Colección Vientos del Sur, siendo todavía muy joven y altamente influenciado por las ideas religiosas y ortodoxas de su familia, puede notarse una poesía pura y con ciertos vestigios sacros. A los 21 años ganó el Premio Nacional de Teatro de Escuadra y a partir de entonces su fama se acrecentó convirtiéndose en una figura incuestionable de la poesía de su tiempo.
Escribió obras como "Luz de Amanecer", aunque lamentablemente era uno más de los poetas andaluces que se sentían atraídos por la crueldad animal, la cual puede verse reflejada en muchas figuras taurinas de su poesía, como en el poema "Tus cinco toritos negros". Otras de sus poesías son "Granada", "Soleá del amor desprendío" y "Tengo el caballo a la puerta".
Benítez Carrasco falleció en su misma ciudad el 26 de noviembre de 1999. Cabe mencionar que durante su vida se sintió muy ligado a las raíces latinoamericanas, tal es así que viajó muchas veces a este continente. Su amor por estas costas se vio reflejado profundamente en su poesía, donde éstas ocupan un lugar .
Tomado de https://www.poemas-del-alma.com/manuel-benitez-carrasco.htm
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Marzo 5 de 2023


Idries Shah



Un ladrón entró en la casa de Nasrudín y se llevó casi todas las pertenencias del Mulá a su propia casa.

Nasrudín había estado observando todo desde la calle. Después de unos minutos tomó una manta y lo siguió. Una vez que llegó a la casa del ratero, entró, se acostó y fingió dormir.

“¿Quién es usted y qué hace aquí?”, le preguntó el ladrón.

“Pues bien –dijo el Mulá-, nos estábamos mudando de casa, ¿no es así?”


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Idries Shah fue un autor que escribió más de tres docenas de libros que versan sobre temas que van desde la psicología y espiritualidad hasta diarios de viajes y estudios culturales.​Nacido en la India, descendiente de una familia noble de Afganistán, ​ Shah creció principalmente en Inglaterra.

Nacimiento: 16 de junio de 1924, Shimla, India

Fallecimiento: 23 de noviembre de 1996, Londres, Reino Unido.

Tomado de Wikipedia.

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2 comentarios:

  1. como puedo adquirir el libro:A la cuerda?

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  2. Mil gracias al Maestro Julio Ernésto Santoyo por la musicalización de las obras tituladas: Guachetá inmortal(marcha)
    y Guachetuna primorosa(rumba)para quien doy infinitos aplausos y bendiciones a Dios por habernos permitido compartir y conducir a feliz término estos trabajo.

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